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En la provincia del Oro, un grupo de trabajadoras sexuales utilizaban la flor del guanto para hacer escopolamina y darla a los hombres prostituyentes, drogándolos. Las mujeres invertían la relación de poder existente y tomaban el control de la situación.

 

A kilómetros de distancia y en circunstancias completamente diferentes, la flor del guanto es utilizada como nombre de una revista feminista. La revista "Flor del guanto" surge como continuidad del espacio autogestionado de la "Casa feminista de Rosa", donde un grupo de mujeres se reunían para socializar y discutir temas de género, conjuntamente con un trabajo con mujeres que salieron de la cárcel. El espacio de la casa sirvió para sacar a la luz historias de violencia sexual. " Eran historias que no lográbamos colocarlas. Nos dimos cuenta que el feminismo que necesitábamos ( aún ahora) era un feminismo que pueda topar nuestra vida privada". Esos diálogos derivaron en palabras que se plasmaron en textos y artículos de la revista.  

 

Nancy Carrión es parte del consejo editorial de la revista. Vivió toda la experiencia en la Casa feminista de Rosa, discutió, teorizó y vivió de cerca la violencia de género. "Estábamos en una época de feminismo rabioso. Yo había pasado por una relación de pareja en la que hubo episodios de violencia. Mi ex pareja me persiguía, se quedaba a dormir fuera de mi casa; empezó a hostigar a mi nueva pareja, le terminó golpeando y decidí ponerle una denuncia por violencia".

 

La historia no terminó ahí, el hostigamiento continuó en la Casa Rosa, donde vivían las mujeres una época de violencia política, también, al compartir el espacio con hombres. "Los hombres no se sentían cómodos al estar rodeados de mujeres feministas y frente a este episodio de hostigamiento se quejaron diciendo que cómo esperamos que los hombres cambien si no les abrimos las puertas". Ese era uno de los episodios repetidos que llevaría a conflictos mayores con los hombres de la casa y fue una de las razones para replantearse el objetivo del espacio y constituirlo finalmente como un espacio feminista.

 

Aunque la apuesta en este espacio era por la socialización de temas de género, no fue suficiente para mantener la casa. “Demandaba muchas actividades domésticas que generaban conflictos entre nosotras. Además siempre nos faltaba dinero, nos habían robado unas tres veces”, explica Nancy.

 

Ella vio también cómo la idea de darles el manejo de la cafetería a las mujeres que se reinsertaban de la cárcel, fracasó. Muchas de ellas optaron por diferentes actividades que les resultaban más rentables.  

 

 

"El feminismo que necesitamos es el que toque nuestra vida privada"

Quiénes son?

Proyecto feminista, continuidad de la Casa Feminista de Rosa.

 

Qué buscan?

 Dejar una huella del pensamiento colectivo y establecer diálogos con otras mujeres a través de la escritura.

Revista Feminista

"La Flor del Guanto"

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