En el 2012, María Belén Moncayo marchó por la calles de Quito disfrazada de hombre, de un cavernícola. Su propósito era ridiculizar la figura machista aludiendo a los hombres de las cavernas. Era el día de la Marcha de las Putas, una iniciativa que surge para darle un nuevo significado a la palabra “puta” y reivindicar los derechos de las mujeres de vestir y caminar por las calles con libertad.
 
Desde ese día, María Belén decidió comprometerse con la militancia activa en redes sociales y vincularse definitivamente a la Marcha. Ella ya era feminista antes de eso, aunque no lo sabía. “Sin saberlo yo antes era feminista, pero los referentes que llegaron a mí del feminismo eran los hembristas y sexistas y yo lo rechazaba”.

En el 2003 un episodio personal fue el detonante que la llevaría a comprometerse con la causa feminista.” Viví un episodio de violencia física por parte de un hombre muy violento. Ahí dije basta”. Luego llegó el cine. Con él y de la mano de cineastas feministas, María Belén iría descubriendo el feminismo. “Comencé a cambiar de perspectiva y me puse a investigar”.
 
Ahora, su presencia en redes sociales ha llevado las discusiones feministas a la plataforma virtual. Siempre recibe mensajes sobre sus posts. El más particular de ellos provino de una confesión. “Una persona de 44 años de edad me dijo que desde que me sigue en Facebook ha podido tomar conciencia de su historia y contarla”. Se trataba de una mujer que había sido violada a los 5 años de edad por una figura pública actual muy reconocida. Para María Belén el  contar esas historias significa ya un empoderamiento. “A través de las redes sociales y el activismo en las calles, vas transmitiendo el mensaje y eso es lo que crea transformación social”.